Todas las ocasiones son
valiosas para disfrutar a la familia. La reunión para festejar un cumpleaños,
un aniversario de bodas, una graduación, el reencuentro con amigos, una
despedida, una bienvenida, entre otras.
Pero qué tan dispuestos
estamos actualmente para convivir con la familia, ¿estamos realmente
vinculados, presentes, atentos con todos los sentidos, respirando la esencia de
cada uno de los integrantes, respetando las diferentes maneras de pensar y de
actuar?
Podemos buscar y encontrar
en nosotros mismos el punto de equilibrio donde dejemos a un lado los
prejuicios, rencores, historias viejas, miedos, el ego y todas las cosas que no
nos permiten atender el presente y disfrutar todo lo que tenemos para enriquecer nuestro
verdadero espíritu que viene del amor puro.
Esta época donde nos reunimos en familia, es un buen
pretexto para reconciliarnos con nosotros mismos y permitirnos ESTAR PRESENTES,
disfrutar de nuestros seres queridos, ver su valor, aprender de ellos, abrir
espacios para visitarlos, tomarse un cafecito, compartir un pastel, recordar una anécdota graciosa y reír juntos, que una
historia nos lleve a otra y otra, donde pasemos las horas alimentando nuestro
espíritu que nos conduce por la vida con la particularidad, propiedad y sello
de nuestra familia.
Y si en estas fiestas damos
de regalo un GRACIAS, ¿qué crees que resulte?
LIC.
MAIRA GERMÁN GUTIÉRREZ.
Educación
Continua
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