La vida de nosotros los adultos siempre es tan de prisa, por lo que tenemos
el chip de que los niños deben ser valientes, inteligentes, inmunes al dolor o sin
miedo, y les decimos: “No pasa nada, sigue corriendo”, ”Tú no puedes tener
miedo”, “No te pudo doler tanto”, les enseñamos a que lo que ellos sienten
no importa, y ¡no es creíble!, los orillamos a que en un futuro invaliden sus
emociones y no las hagan conscientes, y no desarrollarán empatía hacia los
demás ya que actuarán a como nosotros los enseñamos.
Claves para validar las emociones de los
niños:
1. Escúchalo con atención. Implica que dejes lo que estés haciendo, mirar a
tu hijo con respeto y sin juicios, que el sienta que es importante para ti.
2. Ponte en su lugar. Desde su perspectiva, qué siente, cómo se siente, observa su postura,
su lenguaje corporal y respiración, esto te ayudará a establecer mejor la
empatía.
3. Valida sus emociones. Reconoce su emoción, si te dice
¡“Tengo miedo”!, tú con un tono sereno “Entiendo que tienes miedo”, le
das credibilidad a lo que él te está compartiendo, por lo tanto se sentirá
comprendido y permitirás apertura de comunicación. Enseñándole con esto que
puede expresar lo que siente y que a ti te importa.
4. Enséñale a poner nombre a lo que siente. Este es un proceso que se va practicando
poco a poco, por lo que hay que motivarlo a expresar con palabras lo que
siente. “¿estás enojado?, ¡entiendo que estás enojado!, ¿qué sientes?, ¿le
puedes poner nombre a lo que sientes?” Y le puedes dar opciones: miedo,
tristeza, enojo, etc., así se ira familiarizando con las emociones y llegará el
momento que el la identifique.
Es importante que como padres expresemos
nuestras emociones, esto será un aprendizaje para nuestros hijos, ya que si nos
escuchan decir: “estoy molesto”, “me siento feliz”, etc., abres la
puerta a la empatía y le haces saber que el sentir una emoción es parte natural
del ser humano.
LIC.
MAIRA GERMÁN GUTIÉRREZ.
Educación
Continua
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