lunes, 14 de marzo de 2016

Testimonial





“Desde que Estrella Guía llego a mi vida, he experimentado mucho cambios en mi hijo. Estoy encantada con lo que hemos logrado, pues lo he notado más independiente, su cuerpo y su autoestima están mucho mejor. Me gustan los temas que nos imparten, ya que aprendo cosas nuevas que han mejorado la forma de convivir con mi familia. Doy gracias a Dios por haberlos puesto en mi camino y no me queda más que agradecer el apoyo que nos brindan”

Rosaura Jetse López García

jueves, 10 de marzo de 2016

Gluten vs. Cerebro. Efectos del gluten en el cerebro




“Mi hijo no me hace caso”, “Mi hijo es muy hiperactivo”, “Me reportan muy seguido a mi hijo en la escuela”. Éstas son sólo algunas de las frases frecuentes que escucho mencionar, y mi respuesta ante esto es: ¿Qué es lo que come tu hijo en un día, normalmente?  Y, ¿por qué les pregunto algo que aparentemente no tiene nada que ver? Resulta que la alimentación es básica para el comportamiento y rendimiento de tu hijo. 

El gluten es la proteína que contiene el trigo, cebada y centeno. Por lo que se encuentra en  pastas, tortillas de harina, pan, galletas, pasteles, cereales, en algunas salsas de soya u otro producto que ni nos imaginamos, por eso es importante leer las etiquetas de los productos y si dice trigo, cebada o centeno, tiene gluten.

Un reconocido neurólogo en E.U., miembro del Colegio Estadounidense de Nutrición, David Perlmutter, comenta en su libro “Cerebro de Pan” que el trigo no es el mismo de antes, ya que ahora se mezclan diferentes plantas de trigo (modificadas en laboratorio), para crear esa combinación perfecta de grano que tanto nos gusta. Por lo tanto, nuestro intestino no está diseñado para digerir esa modificación, produciendo alteraciones no solamente en el intestino, sino también cerebrales: “La gente intolerante al gluten puede tener problemas en la función cerebral y no presentar problemas gastrointestinales de ningún tipo” (Perlmutter, 2014: 68). Y resulta ser, que gran parte de la población presentamos alguna alteración (visible o no) cuando consumimos gluten.  

Al igual que la caseína, el gluten llega al cerebro a través de la inflamación intestinal que produce al ingerirse, y según Perlmutter, se adhieren a los receptores de la morfina (droga) en el cerebro, por lo que produce una sensación placentera, de bienestar y euforia. Entre las alteraciones cerebrales se encuentra el autismo, hiperactividad y déficit de atención, migrañas, cansancio mental, así como alteraciones gastrointestinales como la mala absorción de los alimentos disminuyendo la retención de nutrientes, estreñimiento, dolores abdominales, hinchazón, gases, entre otros. 

Por lo que, si nuestro hijo se encuentra consumiendo productos con estas sustancias, se encontrará bajo los efectos de una “droga”, haciendo que sea hiperactivo, disminuya su rendimiento escolar, por ende su aprendizaje, que no siga indicaciones, etc. Y, si su cerebro está bajo los efectos de esta sustancia, será un cerebro poco dispuesto a aprovechar al máximo su potencial.

Es por ello que te recomiendo buscar o hacer en casa tus propias recetas, utilizar harina de maíz, almendra o arroz como una manera de sustituir paulatinamente la harina de trigo.  Es importante disminuir su ingesta para que tu hijo aproveche al máximo sus capacidades.  

El cerebro de tu hijo está en tus manos.


Dra. Thalía Cristina Leyva Torres
Coordinadora AFYCC
Médico Certificado LINCA
afycc@estrella guía.mx


lunes, 7 de marzo de 2016

La Culpa






Un monstruo terrible con tentáculos que lanza fuego, así más o menos es la culpa cuando la instalamos en nuestras vidas, dejando que sea quien la controle.

Sentir culpa es muy común entre los seres humanos y hasta es sano sentirla, ya que nos permite adaptarnos socialmente y reconocer nuestros errores. Lo preocupante de todo es  cuando se presenta de forma frecuente y adoptamos el rol de víctimas, apareciendo el “monstruo” que hemos creado lleno de recuerdos dolorosos que nos permite sufrir por los daños que de acuerdo a nuestro sistema de creencias hemos causado, manifestándose de muchas maneras: malestares físicos, psicológicos y emocionales. La culpa es determinada por la cultura, la familia, la sociedad y nosotros mismos. Lo negativo es cuando se convierte en un obstáculo para nuestro bienestar.

Nos sucede mucho a los que somos padres, que desarrollamos culpa por diversas situaciones, ya sea porque trabajamos y no le dedicamos el suficiente tiempo a nuestros hijos(as), por regañarlos o castigarlos, por no comprarles lo que nos pidieron, por habernos divorciado, por dedicar muchas horas del día a la terapia o a las clases extracurriculares, por querer que coman nutritivamente, por no dejarlo ir a una fiesta o reunión y hasta por decir NO, pero, ¿Piensas vivir culpándote por lo que haces o no haces?, ¿Te satisface la lástima?, ¿Te consideras víctima o victimario? Una vez contestadas estas preguntas es muy probable que tengas las respuestas a lo que necesitas hacer. 

Al evaluar las consecuencias de tus actos podrás determinar si estás haciendo lo correcto y las cosas que hay que cambiar, nadie sabe mejor que tú lo que hay que hacer.
Aquí algunas cosas para tomar en cuenta:

·         Detente al descubrir el sentimiento de culpa cuando aparezca o cuando tú eres quien culpa.
·          Observa la situación como si estuvieras fuera de la escena, te permitirá analizar  desde otra perspectiva.
·         Mentalmente ponte en el lugar de la otra persona, y trata de sentir lo que sucede con ella; puede que surja una manera diferente de afrontar la situación.
·         Reparte la responsabilidad a quien le corresponda, puede ser que no sea totalmente tuya y tomes algo que no te pertenece.
·         Aprovecha la oportunidad de reconocer si te equivocaste, si es posible, pide una disculpa y aprende de esa experiencia.

“Una de las desgracias de nuestra época es que, al querer deshacernos de los sentimientos de culpa injustificados, también hemos relegado al olvido muchos que eran justificados”

Louis de Bonald


Psic. Maira Germán Gutiérrez.
Educación Continua
educacioncontinua@estrella guía.mx

jueves, 3 de marzo de 2016

Cereal casero sin gluten





A los niños les encanta el cereal, es por ello que quiero compartirte esta rica receta  proporcionada por una Mamá Guía. ¡Manos a la obra!



Ingredientes:

2 tazas de amaranto o arroz inflado sin azúcar o miel añadida.

½ taza de cacahuates naturales (sin sal).

¼ de taza de arándanos deshidratados o pasas.

¼ de taza de almendras peladas.

¼ de taza de fruta seca o deshidratada (opcional).



Procedimiento:

Se mezclan todos los ingredientes en un recipiente hondo, revolviéndolos hasta que queden bien integrados. Servir con leche fría de almendras, arroz o coco, según sea el gusto y agregar trozos de fruta fresca como plátano o fresas.



NOTA: Con estas cantidades de ingredientes se obtienen varias porciones por lo que se recomienda guardar el resto en un frasco de vidrio bien cerrado.



Es una receta fácil de realizar, y lo mejor que es libre de gluten.