"Al fin y al
cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos".
Eduardo Galeano.
Inicia un año nuevo, y
nosotros los mortales ¿Podemos ser nuevos? ¿Tú que piensas? ¿Será entonces que
de nosotros depende?, pero quizá digas “¿Nuevo yo?”, si tengo tantos años, o he
vivido tanto a mi corta edad, o tan poco en mi larga edad, y eso te haga pensar
que nuevo ya no puedes ser. ¿Qué cambiarías de ti? Y no hablo de cambiar de
nariz, ojos, boca, cuerpo, o alguna parte de nuestro físico, eso con todo respeto
no es ser nuevo, ya que cambias sólo tu apariencia.
Pero si el cambio lo haces
respecto a tus costumbres, creencias, actitudes, hábitos, conductas,
adicciones, entre otras más que han sido limitantes en este año que pasó, toma
tu tiempo. Si ya te diste cuenta qué es lo que te gustaría cambiar, date unos
minutos para asimilarlo y encontrar una manera que te permita lograr esos
cambios. No será fácil, pero puedes comenzar a eliminar la forma en que te
hablas a ti mismo, eliminando frases como: “No puedo”, “No es para mí” o “Ya es
demasiado tarde” y cambiarlas por un “Yo elijo”, “Yo quiero”, “Es el momento” o
Es para mí”. Observa que notas en ti al cambiar
las palabras, es importante que al menos te des la oportunidad de intentarlo,
puedes iniciar con una semana y le vas aumentando poco a poco. No olvides de ir
disfrutando tus logros.
Entonces, ¡manos a la obra!,
a iniciar el año con un nuevo pensamiento lleno de posibilidades y alternativas
para ser una persona dispuesta a ser nueva.
Psic. Maira Germán Gutiérrez
Educación Continua
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