Se que más de alguna vez has
escuchado que el azúcar acelera a los niños. Pues bien, déjame decirte que es cierto.
La azúcar refinada resulta muy adictiva para nuestro cerebro.
Pero, ¿A qué nos referimos
cuando hablamos de azúcar refinada?, es el azúcar que ya ha pasado por todo un
proceso para descomponerse y llegar a ser lo que es en este momento, no es más
que el azúcar de caña o azúcar blanca. Este tipo de azúcar altera las
estructuras cerebrales que tienen que ver con la memoria, aprendizaje y
comportamiento.
El azúcar refinada es un
tipo de azúcar simple, por lo que es muy fácil digerirla y por ende, el efecto
de tener un niño hiperactivo, con falta de atención y menos rendimiento
escolar, es debido a esa facilidad de este tipo de azúcar para llegar al
cerebro y acelerar las neuronas que son las que hacen que nuestro cerebro
funcione. La encontramos en muchos productos que consumimos día a día,
como refrescos, galletas, golosinas,
pan, frituras, entre otras. Por lo que es importante leer sus etiquetas y ver los
ingredientes que contienen, entre ellos, el tipo de azúcar. Todos aquellos
productos que contienen simplemente azúcar, azúcar de caña o fructuosa, es que
tiene azúcar refinada.
Es por ello que te
proponemos que mandes a tu hijo a la escuela con lunch en vez de darle dinero,
para que así disminuya el consumo de estos alimentos. Algunas alternativas más
saludables pueden ser: almendras y nueces mezcladas con arándanos, cacahuates
naturales, o también puedes mandarle pepino y jícama picada con limón y sal, disminuyendo
así el consumo de este tipo de azúcar en tu hijo. Procura evitar comprar productos
que contengan azúcar refinada, y sustituye por azúcar mascabado (azúcar café) o
stevia. En caso de querer endulzar, puedes utilizar también opciones como los
dátiles, miel de abeja (natural), plátanos, etc.
Así que te invito a romper
con la práctica de que “los dulces son para los niños”. Cuando se inventaron se
dieron cuenta que los niños se mantenían “entretenidos” comiendo algo que les
gusta, en vez de comer algo que les nutra. Pero, ¿realmente vamos a seguir
promoviendo que nuestro hijo consuma golosinas aun sabiendo las alteraciones
que se producen en su cerebro, su conducta y rendimiento escolar?
Tú eres el conductor del
cerebro de tu hijo. ¡Cuídalo!
Dra.
Thalía Cristina Leyva Torres.
Coordinadora
AFYCC
Médico
Certificado LINCA
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