jueves, 12 de noviembre de 2015

Las Expectativas.



Muchas veces las expectativas con respecto a nuestros hijos surgen desde la concepción. Soñamos con ese hijo, lo que será de grande, el orgullo de que sea tan inteligente como su abuelo, o tan deportista como su papá, o será tan bella como una reina de belleza, entre otras. ¡No ha nacido y ya le hicimos la vida!

Uno de los principales problemas que pasa con nosotros los padres, es que inconscientemente creamos expectativas hacia los hijos, y cuando vemos que no se cumplen queremos inferir, controlar y manipular su vida, generando dentro del hogar insatisfacción y culpa.

¿Te suena lo siguiente?: ¿Por qué mis hijos son así?, Si yo he sido un buen padre o madre, me esfuerzo para que asistan a una buena escuela, les compro lo que me piden, tienen las mejores marcas, los llevo de vacaciones, salimos a comer restaurantes, y la lista es larga, lo que nos lleva a ser exigentes, a estar cansados, estresados, enojados e intolerantes con ellos.

Los padres depositamos en los hijos nuestros propios anhelos, frustraciones, lo que no hicimos, necesidades insatisfechas y nuestras carencias, deseando inconscientemente realizarnos a través de los hijos y así, llenar vacíos propios.


Esto no te hace una mala persona, solo es darte la oportunidad de aclarar tus intenciones y sentimientos respecto a las expectativas personales y separarlas de las de tus hijos, eso te permitirá hacer cambios y sanar.

Lic. Maira Germán Gutiérrez.
Educación Continua.

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