Al recordar estas fechas, me dan ganas de gritar como pequeña “Feliz día mamá” como agradecimiento la vida que me mostró el amor que me entregaste como una especie de religión, que se ama porque se ama. Ahora, ya con años de experiencia y con mis propios hijos he entendido el amor como al viento, que aunque no pueda tomarlo entre mis manos siempre está allí en su frescura e inundación de mis poros y huesos.
En mi experiencia ya sé que no es nada fácil ser una madre incondicional y fiel. Pero siempre lo hiciste ver como algo tan simple como que tu corazón late, como que respiras. Ese amor puro viene contigo al ser madre y no se lee en libros.
En mi ingenuidad de pequeña pensaba que tu amor todo lo podía como una superheroína, que no sentías cansancio y que no sufrías. Hoy descubrí que una madre también porta preocupaciones, cansancios, tristezas pero también sabe cómo aplicar la esperanza y voluntad para hacer cambios.Hoy como parte de mi gratitud quiero abrazarte más que nunca porque me importas, eres valiosa y quiero regresarte incrementando lo más valioso que me diste, ese valor único que es el respeto hacia el otro, la comprensión y el amor. Porque gracias a ti, soy simplemente yo.
Feliz día mamá.
Carmen Garcés
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