viernes, 18 de noviembre de 2011

Virgil & Betzaida. Testimoniales.




Virgil & BetzaidaMiércoles 25 de mayo de 2011, 10:30 a.m. San Pedro. Navolato, Sinaloa.

A los tres meses de edad, Gissel fue diagnosticada con hidrocefalia y parálisis cerebral. Lizeth, su hermana gemela, nació en perfectas condiciones, aunque en circunstancias tan precarias que no hubo de momento atención médica que cuidara apropiadamente de ellas durante el parto: Pocos meses después de su nacimiento, el huracán Lane devastó la zona y destruyó su casa —la casa de su abuela, quien se hacía cargo de ellas y de sus ocho hermanos desde su nacimiento—. Al cabo de cuatro años, y a petición de la abuela —quien confesó que la responsabilidad la sobrepasaba—, las gemelas fueron adoptadas por Virgil y Betzaida, un joven matrimonio que se hacía cargo de niños sin hogar desde hacía ya trece años y quienes habían empezado a ganar notoriedad en el vecindario por su extraordinaria labor.

A simple vista, Virgil y Betzaida parecen un matrimonio común, una pareja como cualquier otra. Virgil es cariñoso y un tanto bromista y Betzaida es valiente y lista. Juntos pasan todo el día y su casa está repleta de la alegría de doce niños —tres propios y nueve más adoptados— que corren, gritan y juegan por doquier. Ahora las gemelas tienen nueve años y Gissel asiste a Estrella Guía desde hace 3 meses: “Cuando encontramos a Gissel, sus intestinos no funcionaban bien, su mirada estaba completamente perdida y no podía sostener por sí sola su cabecita”, cuenta Betzaida. “Cuando nos la entregaron, tenía 15 días sin ir al baño, tomaba sólo leche, su cuerpecito estaba débil, su barriga hinchada y su cabeza muy grande. Los doctores nos decían de todo, desde que era cuadrapléjica hasta que jamás podría hablar”.Betzaida y Virgil no eran padres primerizos, pero sí primerizos de un niño con lesión cerebral. “La llevamos con tantos doctores, a tantos centros de rehabilitación y a tantas escuelas que empezamos a cansarnos. Nadie nos daba una respuesta concreta, ni nos explicaba por qué o para qué hacer tal o cual cosa. Nuestra niña no mejoraba, o mejoraba realmente muy poco”, agrega Betzaida.

Cuando a Virgil le hablaron acerca de Estrella Guía, corrió a contare a su esposa, pero Betzaida se había rendido: “Le dije que si la niña tenía que quedarse así, entonces la aceptaríamos como era y sólo trataríamos de hacerle la vida más ligera; pero que no veríamos a más personas”, recuerda Betzaida. “Fue buscando otra dirección que sin querer nos topamos con Estrella Guía”, agrega Virgil. “Recordamos la recomendación que nos había hecho un joven que vino a entregarnos despensas en Navidad y entramos”.

Una vez dentro, entraron directamente con Marisa, quien los atendió y les explicó el programa. “Marisa nos habló con tanta honestidad que inmediatamente sentimos que ahí era donde pertenecíamos. El día siguiente asistimos a la Visita Inicial con Ernesto, quien por ser papá de un niño con lesión cerebral, nos dio mucha confianza y al escucharlo comenzamos a darnos cuenta de todas las cosas que estábamos haciendo mal con Gissel, empezando por su alimentación”. “No fue fácil encontrar un programa que se ajustara a nuestro caso, que es complicado. Aunque quisiéramos dedicarle a Gissel todo el tiempo para llevarla a terapias la realidad es que no podemos, tenemos que cuidar también de los otros niños… Por eso el capacitarnos en Estrella Guía como los propios terapeutas de nuestros hijos resulta ideal para nosotros”, comenta Virgil. “Fue en Estrella Guía donde se nos ofreció la ayuda que más se adecuó a nuestras i-nu-sua-les circunstancias”, bromea. Al preguntarles qué tan pronto habían notado un cambio en Gissel, Betzaida interrumpió impaciente, como si estuviera esperando esa pregunta desde el inicio de la entrevista: “esa misma noche”, contestó. “Esa noche Gissel durmió tranquila y sin despertarse en la madrugada por primera vez en muchos años”.

Ahora Gissel está más fuerte, va al baño con regularidad, y está empezando a hablar. Lo que más entusiasma a Virgil es imaginar que algún día su hija podrá correr y jugar a la par con su hermana gemela: “El reto ha sido fuerte, el trabajo arduo, pero ahora ya no sentimos miedo… Estrella Guía nos ha dado esperanza. Ahora creemos que lo que ha sido siempre un sueño de toda familia ha empezado a convertirse en una realidad”.

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